Yes I can with you (puedo, junto con otros)

En 1974, en noviembre, era estudiante en Esade, tenía el cabello negro, llevaba largo bigote y vestía pantalones de pata de elefante, una especie de moda -por favor, sin usar tal palabra- que muchos de mis compañeros seguían también.

Era el uniforme de los que estábamos convencidos de que la democracia era más humana y más acorde con la ética que la dictadura del general Franco, a quién no le temblaba el pulso al confirmar sentencias de muerte.

Cuando se lanzó el primer número de DISTRIBUCIÓN ACTUALIDAD hacía un mes y medio que había empezado a estudiar una nueva asignatura en Esade: Dirección de Marketing. Desde el inicio me fascinó la posibilidad de poder lograr que los consumidores prefirieran mis productos.

Entonces no existía la palabra “retail”, ni se usaba el término “comprador” (shopper), ni tampoco los distribuidores contaban mucho. Dado que había más demanda que oferta, los fabricantes -ahora les llamo proveedores- fijaban el PVP y daban pósters a los agradecidos comerciantes, que sistemáticamente los ponían en las tiendas, encantados de poder vender marcas potentes. Por tanto, el trade marketing, en su propósito original: lograr la preferencia de los clientes distribuidores, ni estaba, ni se le esperaba.

Algunos distribuidores empezaban a usar con intensidad el autoservicio, pero sin bajar el precio de los productos, en cuyo envase el proveedor ya había impreso el PVP. Por su método de venta bajaron gastos, mientras vendían a mismo precio que los más ineficientes, y así disfrutaron de un fantástico Margen Bruto, con el que crearon grandes cadenas.

No había la locura actual por bajar el precio (¡yo más que tú!). Ahora, supuestamente, somos más profesionales, pero los resultados de muchas empresas son muy peores. ¿Será sólo cosa de que hay más competencia?

Sabíamos que había segmentos de consumidores, pero en la práctica había menos fragmentación de la demanda, y por tanto hablar de “la gente” todavía tenía sentido. Ahora sabemos que ese término ya no sirve para gestionar de forma eficaz.

Pero hay cosas que no han cambiado. Creo que tanto antes como ahora se puede vivir con curiosidad y pasión, tanto en los paseos intelectuales, como en ser persona en sociedad. Antes era “Yes I can” (Puedo), luego ha venido el “Yes we can” (Podemos). Personalmente creo que el próximo enfoque puede ser “Yes I can with you” (Puedo, junto con otros).

(En 1974, en noviembre, Lluís Martínez Ribes era estudiante de tercero de la Licenciatura de Dirección de Empresas en Esade, “tenía el cabello negro, llevaba largo bigote y pantalones de pata de elefante”)