Movimientos a mil

En 2010, la industria de Alimentación y Bebidas creció un ligero 0,52 % hasta los 81.369 millones de euros. Son datos de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) que califica el año “peor de lo esperado en ventas y empleo”.

El descenso del consumo fuera y dentro del hogar, la reducción del número de empresas, la restricción de crédito, tanto para las familias como para las compañías, el alza de las materias primas, la incertidumbre legislativa y el aumento del paro, han sido un buen abono para sembrar la desconfianza entre los mercados y los consumidores. El anuncio del adelanto de las elecciones generales, el próximo noviembre, puede añadir una nueva variable al futuro del sector.

De momento, el ejercicio 2011 presenta un perfil similar, lo que acrecentará la pérdida de valor. El secretario general de la FIAB, Horacio González Alemán, reconocía el pasado mes de mayo que el sector se halla “en un punto de inflexión, que precisa de una mejora del ámbito macroeconómico que permita una recuperación del consumo y por tanto de la actividad”. No obstante, subrayaba, se trata de una de las cinco áreas estratégicas para la recuperación económica, como lo demuestra su alta participación en el total de las ventas netas de la industria española (16%) y el 7,6% de aportación al el PIB, sólo superado por el turismo (10,3%)

Incertidumbre sectorial
Si la coyuntura no cambia, será difícil que el sector despliegue todo su potencial. La patronal considera necesario poner en marcha cinco medidas: “reforma del mercado laboral; potenciación de las exportaciones; mayor fluidez del crédito a empresas y familias; incentivos al consumo y una normativa no restrictiva para el sector”.

Y no es que en 2010 no se hayan producido cambios. Al contrario, ha sido un año complicado, embrión de algunos movimientos generados en las principales compañías, algunos cristalizados en 2011. Como el nacimiento de Deoleo (nueva denominación de SOS, después de la venta de su división arrocera); el desplome de Nueva Rumasa, que, acaba de ser comprada por Back in Business en una operación valorada en 1.500 millones de euros, sin que ello obstaculice la venta de Cacaolat, por la que pujan Capsa y Vichy, entre otras. En este ejercicio también se han cerrado conserveras veteranas como Miau o Alfageme y otros han emprendido el camino de la diversificación, tal que Mahou- San Miguel, que ha comprado a Osborne su negocio de bebidas, incluyendo las marcas de aguas y zumos Solán de Cabras y Bisolán. O la venta de Bimbo por parte de la multinacional Sara Lee, que no ha querido mantener en su portafolio de actividades una empresa veterana, pero con continuas pérdidas.

Inversión y empleo
El tejido empresarial del sector de alimentación y bebidas está formado en su mayoría por pymes (96% de un total de 30.261 empresas), que han recortado su censo en 2010 (1,27%). A pesar de ser el “único sector que genera confianza para la inversión”, como lo demuestran los 706 millones de euros desembolsados por empresas extranjeras en España (41% de la inversión foránea en la industria nacional) y los 642 millones que las compañías españolas han destinado al exterior.

Alimentación y Bebidas ocupa el segundo puesto en el ranking nacional de sectores con mayor oferta de empleo (85,63%), subiendo desde el sexto escaño logrado en 2009.

En 2010, el número de personas trabajando en estas actividades ascendía a 445.457, lo que supone el 17% del empleo industrial, el 2,5% del empleo nacional y una tasa de paro casi 10 puntos inferior a la de la economía española. Aún así, el número de trabajadores en esta industria se redujo en más del 3%, en 2010, como consecuencia del incremento de EREs (45% más que en 2009). Una tendencia que ha seguido creciendo en 2011. Las cifras del primer trimestre muestran un nivel de desempleo acorde con el resto de la industria, 8.000 empleados menos que en el mismo periodo del anterior ejercicio.

No obstante, los datos son alentadores. Según González Alemán, si se diesen las condiciones óptimas “el sector podría llegar a crear hasta 21.000 empleos de aquí a fin de año y constituir un verdadero motor para salir de la crisis. De modo contrario, y según las previsiones más negativas, podría registrar un descenso de más de 13.000 empleos”

Exportaciones al alza
Uno de los ejes de crecimiento de la alimentación y bebidas se encuentra en el mercado exterior. En 2010, las exportaciones aumentaron por encima del 10%, hasta los 16.776 millones de euros y las importaciones se situaron en 16.776 millones, con un saldo positivo de 765 millones. El pasado año fue el segundo con balanza comercial positiva, lo que ha convertido al sector en el segundo mayor exportador español, tras el automóvil, y en el tercero a nivel europeo, muy cerca de las cifras de Italia (18.525 millones de euros) y por detrás de Francia (33.927 millones de euros).

Los destinos en los que más ha crecido el envío de nuestros productos, han sido China (+53%), Brasil (+ 51%) y Rusia (+ 47%). A ellos, hay que sumar mercados tradicionales como los de Europa, sin olvidar el avance operado en México (+22%), Estados Unidos (+21%), Canadá (+19%) y Australia (+18%).

En el primer semestre del año, han alcanzado los 7.427 millones de euros, con un crecimiento del 14,7%. Las importaciones han sumado 6.476 millones de euros en los cinco primeros meses de 2011, generando un ascenso del 19,9%. La balanza comercial sigue en positivo, con un saldo de 734 millones de euros.

Oscilaciones del IPI
La evolución del IPI (Índice de Producción Industrial) presenta mayores oscilaciones. La primera oleada del Barómetro FIAB 2011 señalaba que, en alimentación, este indicador cerró el año con una media anual positiva de 2,1%, mientras que en bebidas finalizó ejercicio con una tasa negativa del 5,8%.

La segunda oleada del estudio indica una nueva evolución negativa de la producción fruto del deterioro de la economía doméstica. El IPI muestra que la alimentación ha tenido una variación negativa del 1,3% en la media interanual, mientras que en bebidas la caída ha sido más fuerte, el 3,9%. En ambos casos, la evolución del IPI difiere respecto al total industrial, donde se ha producido un incremento del 1,2%.

En el capítulo de la alimentación, FIAB prevé que siga un moderado descenso del IPI, con una recuperación posterior. De cumplirse estas predicciones, en términos interanuales, la variación media sería del -0,5% en septiembre. Por su parte, las estimaciones sobre bebidas indican que después de un impulso del IPI hasta julio y un descenso en agosto y septiembre, la variación media interanual se situaría en el -2,6% (septiembre’11).

Cambio de rumbo
Pero no todo han sido subidas y bajadas de cifras. El sector también ha asistido al cambio de rumbo de su patronal, la FIAB, organización, que lleva 34 años representando los intereses del primer sector industrial español y que, el 26 de mayo de 2011, aprobaba su reforma interna.

A ello hay que sumar el impulso proveniente de una nueva agrupación, la Asociación Multisectorial de Empresas de Alimentación y Bebidas (AME), formada por una veintena de empresas, que representan más del 20% de la facturación del mercado. Abierta a futuras adhesiones, la AME está integrada actualmente por: Bimbo-Sara Lee, Campofrio Food Group, Coca-Cola España,Corporación Alimentaria Peñasanta, Danone, Ferrero Ibérica, Gallina Blanca, Grupo Damm, Grupo Leche Pascual, Heineken España, Kellogg España, Kraft Foods España, Mahou-San Miguel, Nestlé España, Nutrexpa, Orangina Schweppes Iberia, Pepsico Iberia, Pescanova Alimentación y Unilever España.

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