El consumo de platos preparados creció un 3,3% en 2019

el consumo en las casas de platos listos para comer también sigue en alza, situándose el año pasado en 15,10 kg por persona/año (+3%),
Los menús listos para comer también siguen en alza, situándose el año pasado en 15,10 kg por persona/año (+3%).

Los españoles están cambiando sus hábitos de consumo, impulsando la demanda de platos preparados en el hogar, que en 2019 creció un 3,3%, hasta las 592.545 toneladas. Pizzas, platos con base de patata y legumbres, las categorías más pedidas.

Tal y como presenta la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE) que integra a los principales fabricantes del sector, el consumo en las casas de platos listos para comer también sigue en alza, situándose el año pasado en 15,10 kg por persona/año (+3%), debido a la calidad y la innovación de los productos, ajustados a los nuevos estilo de vida de los españoles.

“El consumidor busca artículos que, por un lado, le ayuden a paliar las consecuencias de su acelerado ritmo de vida y, por otro lado, que le permitan mantener una alimentación variada y equilibrada”, ha explicado Ángel Matamoro, presidente de ASEFAPRE.

La pizza, producto más consumido

En cuanto a los platos más pedidos, la pizza se sitúa en la primera posición en la categoría de refrigerados y en la segunda de platos congelados, con un volumen total de 124.803 toneladas. Los menús a base de patata son los más demandados en la categoría de congelados (63.438 toneladas); mientras que los de base de legumbres ocupan el primer puesto en la categoría de platos preparados a temperatura ambiente (17.390 toneladas).

Reducir un 10% el contenido de sal

Otro objetivo de la Asociación, que forma parte del Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), es comprometerse a reformular los menús para reducir un 10% el contenido de sal (croquetas, empanadillas, canelones/lasañas, Nuggets o derivados del surimi). “Este compromiso de calidad y seguridad es, junto a la sostenibilidad y el desarrollo económico y social, uno de los grandes retos del sector ya que implica una importante labor de investigación, con el fin de evitar la modificación de sabores o la textura de alimentos”, ha explicado Álvaro Aguilar, secretario general de ASEFAPRE.