El consumidor, acostumbrado a las crisis, reduce el gasto en Gran Consumo

Un 43 % de los consumidores cree que hay que reducir el consumo. La cifra es, 14 puntos más alta que hace tres meses

Entre los productos que más verán sufrir esa reducción, se encuentran los alimentos, ropa y complementos, droguería, accesorios hogar y pequeño electrodoméstico. Y ni hablar de productos que suponen grandes gastos como reformas del hogar, coches, vivienda o productos financieros,  postergados a un plazo más largo.

Los indicadores de compra caen

Los españoles se han acostumbrado a vivir en un constante estado entre crisis. Ante la inflación y la guerra de Ucrania, todos los indicadores de compra han caído, pero los relativos a la seguridad de los puestos de trabajo o los ingresos siguen igual que en la anterior ola, cuando la seguridad en el propio empleo lograba valores máximos.  Estas son algunas de las conclusiones que muestra el último «Informe de confianza del consumidor», donde Kantar analiza los tres primeros meses de 2022, marcados por la inflación y la guerra de Ucrania.

El consumidor está notando de manera muy directa la subida de precios en su cesta de la compra habitual y es por eso que ofrece una peor valoración del momento de compra de categorías relacionadas con el gran consumo. Sin embargo, dice Teresa Ledesma, directora de marketing de la división Insights de Kantar y responsable de la primera edición de este informe de la consultora “es muy llamativa la reticencia a recortar en gastos de ocio, una oportunidad para las marcas que puedan encontrar un momento de consumo en esas ocasiones.”

Mesura en las grandes compras

La mitad de los consumidores cree que lo más inteligente es mantener los niveles consumo, mientras que los que creen que hay que reducirlos pasan del 29% (4Q de 2021) al 43%. A su vez, hay una clara percepción de que finaliza una etapa histórica y económica —la globalización— y se inicia una aún incierta. Asimismo, piensan que no es momento de realizar grandes compras a medio plazo y que, además, la economía del país se va a resentir. Sin embargo, la percepción de la situación económica de los hogares y de sus previsiones de futuro aún no se han visto afectadas, ni se prevé que ocurra más allá de algo episódico.

Además, los españoles creen que los mayores efectos de la situación actual se encuentran en el consumo. Se percibe un «intercambio» entre las estrategias de mantener y reducir los niveles de consumo. La crisis en Ucrania y la inflación serán determinantes para saber si estos efectos serán transitorios tal y como muestran algunos indicadores.

A su vez, el informe muestra que vuelve la actitud de que es mejor comprar marcas de distribución, donde la población ha entrado en una fase de control de los gastos. De esta forma, el consumidor se muestra abierto a probar varias marcas con tal de encontrar el mejor precio, actitud que ha crecido 7 puntos en los primeros meses del año.

Acostumbrados a la crisis

Ante esta situación, los encuestados vaticinan que aumentará el desempleo. A pesar de ello, un 55% cree que habrá igual o menos paro que ahora y, a su vez, creen que la combinación de estas dos crisis es vista por los consumidores ocupados como algo que no afectará a sus empleos.

Desde 2014, la confianza de los ocupados en su trabajo se consolida y acrecienta de forma regular. La doble crisis tampoco altera la percepción de seguridad en los ingresos familiares, sólo creen que la subida de precios fomentará el control de los gastos, por lo que hay relativa tranquilidad en el resto del panorama económico, casi como si nos acostumbrásemos a convivir de forma constante entre crisis.