La solución de pago aplazado de Oney impulsa sus ingresos un 48%

El crecimiento de Oney en España ya sitúa a la entidad en la segunda posición del mercado del pago aplazado. Sigue la tendencia vista en otros países europeos.

El incremento de las compras digitales y la tendencia de más retailers a ofrecer en su oferta de métodos de pago, el pago aplazado, ha permitido a Oney escalar sus ingresos. En 2020, la compañía obtuvo un 48% más de facturación en su solución de pago aplazado ‘3x 4x Oney’, que permite a los clientes pagar sus compras en varios plazos a través de una tarjeta de crédito o débito. 

El crecimiento de Oney en España ya sitúa a la entidad en la segunda posición del mercado del pago aplazado, siguiendo la tendencia vista en otros países europeos. 

“Los consumidores valoran disponer de diferentes posibilidades de pago que se adapten a sus circunstancias, ya sea en sus compras físicas u online. Los resultados de Oney en España confirman esa tendencia y nos sitúan en una posición de privilegio en el mercado del pago aplazado”, ha comentado Stéphane Schersach, director general de Oney España

De acuerdo con la compañía tecnológica de pagos, en 2020 muchas fueron las marcas de diferentes sectores que adoptaron el pago aplazado. Entre ellas, Aliexpress, los talleres de Peugeot Citröen, Leroy Merlín, Decathlon o Worten. 

La sencillez y seguridad de este método de pago son los principales factores que motivan a más compradores a optar por este sistema. Para los distribuidores, resulta una forma de aportar valor añadido a sus clientes en el momento final de la compra, explican. 

El beneficio cae un 10%

El incremento de las ventas respecto a su solución de pago aplazado no ha compensado, sin embargo, el descenso de facturación debida a una menor actividad en las tiendas físicas, como consecuencia de las restricciones a la movilidad impuestas en Europa para mitigar los contagios de COVID-19. 

Así, en 2020, los ingresos de la compañía se han elevado hasta los 434 millones de euros, un 3% menos que lo registrado en 2019. El beneficio neto se vio algo más contraído: un 10% menos, hasta los 39,7 millones