OHLA pone a la venta su 50 % en Galería Canalejas, icono del shopping de lujo en Madrid

OHLA,  planea desprenderse de su participación del 50 % en Galería Canalejas

Un icono del shopping de lujo europeo con una dilatada historia en su concepción, un activo que crece en valor, el Hotel Four Seasons y con resultados por debajo de lo esperado en su parte comercial. 

OHLA, que  ha rebajado su valor en casi 35 millones de euros, deberá contar con su socio, el empresario israelí Mark Scheinberg, fundador de la firma de póker online PokerStars, a quién vendió el 50 % del complejo por 225 millones y que cuenta con  derecho preferente de adquisición.

La venta forma parte del capítulo de desinversiones previsto por la última Junta de OHLA, antiguo grupo OHL de la familia Villar Mir, propietario del otro 50 % del complejo comercial y de ocio, en los primeros tramos de las  calles de Alcalá, Sevilla y de la Carrera de San Jerónimo que  encuadran el enorme triángulo de Canalejas. Hasta hace poco más de una década fue sede central del Banco Español de Crédito- Banesto- (actual Santander) e incluye  un buen número de edificios protegidos, en el triángulo formado por la calle de Alcalá  (entre los nºs 6 y 14) y el nº 7 de la Carrera de San Jerónimo y número 1 de la plaza de Canalejas. Algunos de ellos de finales del XIX que Juan Villar Mir, presidente de OHL, había adquirido  a Emilio Botín por 225 millones de euros con inclusión de la carga financiera derivada del aplazamiento de pago.

Con una superficie total de 15.000 m2 repartida en tres plantas,  alberga una  galería comercial de tiendas de lujo y un  hotel con apartamentos de alto standing de la cadena Four Seasons.  A la galería comercial, con 4o tiendas y al aparcamiento de 400 plazas,  se suma en la planta alta el espacio Food Hall, de 3.500 m2, con  restaurantes de diferentes especialidades y nacionalidades, entre los que destacan reconocidos estrellas Michelin.

Una dilatada historia

La galería comercial del complejo Canalejas,  con 40 tiendas, abría sus puertas en su totalidad en junio de 2022, tras una inversión de 525 millones de euros y  la generación de 4.800 empleos. Culminaban así ocho años de una dilatada historia, con largas esperas desde que el Ayuntamiento de Madrid diera el visto bueno en 2014, con dos años de retraso,  a su derribo interior. Una condición en la compra, bajo la obligatoriedad de respetar las partes de los inmuebles catalogados como histórico-protegidos, incluidas las fachadas,  impuesta al entonces Grupo Villar Mir después de que en 2020 los empresarios mexicanos Luis y Mauricio Amodio se hicieran con su control.

El primer paso, la reordenación urbanística, sería aprobada por el Consejo de Gobierno de la Comunidad permitiendo desde una una estructura subterránea para aparcamiento -15.000 m2 y 450 plazas en cuatro plantas- y transporte público que posibilite la eliminación de paradas de autobuses a pie de calle. Esta modificación hizo posible la agregación de los seis edificios protegidos que componen la manzana (calle Alcalá, 6, 8, 10, 12 y 14 y el número 1 de la plaza de Canalejas) para la creación de un único complejo de usos múltiples: comercial, recreativo, hospedaje, oficinas y garaje.