La mitad de las tiendas de El Sabio son negocios familiares

La cadena de ferreterías promueve un modelo de negocio con relevo generacional.

La cadena de ferretería, bricolaje, hogar, campo y jardín, El Sabio, se creó en 2021 para modernizar el comercio local y hacerlo más competitivo frente a las multinacionales. Al frente del 50% de sus establecimientos asociados están padre e hijos, hermanos, matrimonios jóvenes. Con 25 tiendas, El Sabio cuenta con siete de cada 10 establecimientos ubicados en poblaciones de menos de 50.000 habitantes y el 30% restante en ciudades y lugares estratégicos. El negocio defiende el concepto de ferretería de toda la vida. 

El relevo generacional y la consolidación del empleo rural han sido dos de los retos de una estrategia empresarial diseñada para reforzar el tejido del comercio de siempre. En El Sabio Dreyma (Madrid), los hermanos Cristóbal, Javier y Luis, simbolizan a la  perfección el espíritu de la marca. Los dos tomaron las riendas del negocio que su padre  había levantado 30 años antes y hace dos se convirtieron en ‘sabios’.

Con 31 y 28 años, los jóvenes aseguran que, pese a las dificultades “y a las horas que  metemos”, el balance es bueno. “Somos nuestros propios jefes y año tras año crece la  facturación”, apunta Javier, que es el mayor y que dejó su puesto de trabajo en el  Ayuntamiento de Madrid para “reinventar” el negocio familiar en su pueblo de toda la vida.

“Necesitábamos cambiar”  

La prematura muerte de su padre obligó a Vanesa García a hacerse cargo de la tienda a los 18  años, ubicada en Villanueva del Arzobispo, un pueblo de Jaén. “Me chapé todos los catálogos y aprendí a conocer y manejar las herramientas”, recuerda la ferretera, que en 2022 se sumó al proyecto de El Sabio porque “necesitábamos cambiar, tener esa ilusión que habíamos perdido tras  casi una década en el negocio”.  

Vanesa regenta El Sabio RiegoSur con su marido y no es un caso singular en la cadena.  Noel y Vanesa (El Sabio Roces Belón), Francisco y Joyce (El Sabio Comercial Grande) o  Cristina y Alberto (VL Friol) son otros ejemplos de ‘sabios’ familiares.