Garantiza la visibilidad de tus campañas en retail con PLV

Las tiendas físicas siguen siendo un factor relevante a la hora de tomar una decisión de compra. En ella, cobra un papel importante la Publicidad en el Lugar de Venta

Vivimos un momento en el que el mundo digital y el comercio electrónico están cobrando cada vez más relevancia dentro del sector retail. Sin embargo, no resulta recomendable que las marcas se olviden totalmente del aspecto físico de su negocio y, concretamente, de lo que pueden llegar a conseguir en el punto de venta.

Las tiendas físicas, tanto los establecimientos de la propia marca como los espacios más grandes como supermercados y centro comerciales, siguen siendo un factor relevante para los clientes a la hora de tomar una decisión de compra. Una decisión en la que las marcas pueden influir fuertemente apostando por su PLV, o Publicidad en el Lugar de Venta.

El PLV es una táctica clásica de visual merchandising que busca llamar la atención del público objetivo para una marca y motivarles a comprar un producto determinado, incluso llegando a cambiar las decisiones de compra de los clientes. Pero no solo aportan estas ventajas ya que, si se desarrolla una buena PLV, también se ofrecerá información extra al cliente sobre los productos y se animará al punto de venta, ya que también funcionan como elemento decorativo.

No obstante, diseñar y colocar un buen material de PLV implica más que poner un material publicitario en un supermercado, antes de llegar a ello, se debe recorrer todo un proceso de logística promocional que es necesario respetar para garantizar la máxima visibilidad de las campañas. Lo más importante a tener en cuenta es el diseño y la tipología del producto publicitario que se quiere instalar en el punto de venta. Existen varias opciones desde expositores y stands en la línea de caja, hasta pequeños stoppers en los pasillos de los supermercados, pasando por los más clásicos, pero llamativos, métodos de cartelería y displays.

Son productos muy distintos entre ellos con unos fines claramente diferenciados, por lo que es importante tener en consideración cuál es el objetivo de la campaña antes de dar cualquier paso. Por ejemplo, los stoppers son una buena idea para diferenciarse de la competencia dentro de un mismo pasillo o lineal, mientras que los expositores son una buena opción para dar a conocer un producto nuevo ya que todos los clientes lo verán, al estar colocados en las zonas de caja.

Hablando de lugares, resulta clave definir la estrategia logística de PLV dependiendo de los distintos puntos calientes de un establecimiento donde se concentran los clientes. El lugar más solicitado para estas acciones son las cajas o lugares de pago, ya que es el sitio donde los clientes reciben un mayor impulso de consumo al tener su método de pago en la mano. Además, también hay que tener en cuenta que muchas veces se forman colas en las zonas de pago, por lo que la gente suele esperar, mirando lo que hay a su alrededor, por lo que se puede aprovechar esta oportunidad y llenar su campo visual con PLV.

Sin embargo, las cajas no son el único punto caliente donde ubicar los PLV. Otra buena opción también son los pasillos o lugares en los que se encuentren los productos más demandados, de alta necesidad o con una gran rotación. Independientemente de si la oferta está destinada a vender un producto de estos tipos, lo cierto es que son lugares con gran afluencia donde, desde luego, la campaña no pasará desapercibida.

Pero las PLV no tienen por qué limitarse a espacios como supermercados o centros comerciales. Si el negocio cuenta con una zona o sala de espera, como puede ser en el caso de las inmobiliarias o las consultas de los dentistas, estos lugares pueden ser una zona perfecta para colocar los PLV que se consideren oportunos. Por ejemplo, en las salas de espera es habitual que las persona busquen visualmente algo que leer para entretenerse durante su espera.

Por último, también se debe prestar especial atención a la perspectiva desde dónde los clientes verán los PLV. En el campo del visual merchandising existe una regla de oro que señala que deben estar a la altura de los ojos y al alcance de la mano, pero también se debe tener en cuenta al público objetivo. Por ejemplo, en el caso de una empresa que comercializa juguetes es recomendable es que la publicidad en el punto de venta ocupe lugares a una altura baja.