El retail debe ser reconocido como sector intensivo en consumo eléctrico

El coste de la energía supone el capítulo de gastos más importante después del empleo para la distribución comercial

En el último año, el precio de la energía pagado por las empresas de la gran distribución se ha multiplicado por cuatro, disparando el gasto de la factura eléctrica en más de un 75%.

«La distribución debe reconocerse como sector intensivo en consumo eléctrico». Así lo manifiesta la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución, Anged, que estima que  el sector del Retail, por sus características, es el de mayor consumo de energía después de los sectores electrointensivos, e incluso por delante de alguno de ellos.

Anged considera que «por la dimensión de consumo y el gasto energético de las empresas de distribución, éstas deberían optar a la condición de consumidores electrointensivos. O en su caso, poder disponer de un marco regulatorio específico que tenga en cuenta estas características y permita a las empresas optar a otras alternativas, similares a las que utilizan las empresas electrointensivas, como poder participar en las subastas o la reducción de los peajes como se ha hecho en Portugal»

Un hecho puesto de manifiesto también  por Eurocommerce.   «El retail supera ampliamente el criterio del 3% del valor de producción para ser reconocido como consumidor electrointensivo” y hacía un llamamiento a las autoridades europeas “clasificar urgentemente el sector como electrointensivo y permitir así a las compañías que tienen dificultades con la espiral de coste energéticos tener acceso a ayudas” públicas. También demandó Eurocommerce una serie de medidas para reducir el impacto de los impuestos sobre los precios de la energía.

Anged quiere resaltar también cómo las empresas de la gran distribución «han sido pioneras en impulsar medidas de eficiencia energética. En la última década han reducido un 30% el consumo de energía gracias a una fuerte inversión en eficiencia de todos los procesos e instalaciones, a la vez que se ha reducido en un 20% las emisiones de CO2 de la logística».

Pese a la ambición de los objetivos y nuestro compromiso con la Agenda 2030, concluye Anged en su blog,  «la espiral de costes energéticos deja cada vez menos margen de actuación, poniendo en riesgo la viabilidad de algunos establecimientos».