Alimentación y bebidas registran la subida de precios más elevada desde 1994

Según la OCU, las familias están afrontando un encarecimiento anual de la cesta de la compra de 830 euros.

La inflación experimenta un periodo de contención. En septiembre, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha caído una 1,6 puntos porcentuales respecto a agosto, hasta el 8,9% interanual. Después de dos meses de crecimientos por encima del 10%, reduce casi dos dígitos.

Esta reducción del IPC general, señala el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se debe al descenso de los precios de la electricidad. Sin embargo, el consumidor sigue sufriendo los efectos de los incrementos de precios en la cesta de la compra habitual, con crecimientos del 14,4% interanual en alimentos y bebidas no alcohólicas en septiembre, una tasa de seis décimas superior al dato del mes anterior y la más alta elevada desde enero de 1994. 

Destaca el repunte de las legumbres y hortalizas, leche, quesos y huevos, y la carne, mayores este mes que en 2021. En concreto, las legumbres y hortalizas frescas se han encarecido en septiembre un 4,1%, lo mismo que ha ocurrido con el arroz (+2,4%), carne de ovino (+2%), azúcar (+1,9%), carne de cerdo (+1,3%), leche y productos lácteos (+1,2%) y los huevos (+1%), mientras que el aceite de girasol (-3,1%), frutas (-1,3%) y el pescado fresco y congelado (-0,6%) han bajado su precio. 

La tasa de variación anual de la inflación subyacente ha disminuido dos décimas, hasta el 6,2%, situando su diferencia con la del IPC general en más de dos puntos y medio.

“Suspensión temporal de los impuestos”

Nuevamente, las familias afrontarán los efectos de los repuntes de precios, hasta un sobrecoste anula de más de 830 euros en alimentación como consecuencia del alza de la inflación, ha indicado la OCU, que ha solicitado al Gobierno una “suspensión temporal de impuestos ligados a la energía, así como aumentar las ayudas a los hogares”. 

Y han añadido que “y lo peor es que no parece que vayan a bajar mientras el elevado coste de la energía continúe gravando el coste de la producción, transporte y distribución de alimentos”.