Los productos de pescado vegetal, con retos en materia nutricional

Según el análisis de ProVeg, las alternativas al pescado todavía necesitan mayores aportes de omega 3, yodo, hierro o vitamina B12.

El consumo de productos del mar está poniendo a los océanos al borde del colapso, con casi un 40% de las poblaciones de peces sobreexplotadas a nivel mundial. En este contexto, el pescado de origen vegetal se perfila como una alternativa prometedora, tanto por su menor impacto ambiental como por sus beneficios nutricionales. 

Así lo revela el último informe publicado por ProVeg International, titulado Out of the Net, into the Future (Fuera de la red, hacia el futuro), que analiza el perfil nutricional de 100 productos pesqueros de origen vegetal comercializados en supermercados de 11 países, entre ellos España.

El informe concluye que, si bien muchas de estas alternativas pueden formar parte de una dieta saludable y contribuir a reducir la presión sobre los ecosistemas marinos, todavía presentan retos en cuanto a fortificación nutricional.

Los productos analizados incluyen palitos de pescado, hamburguesas, filetes, atún enlatado, salmón ahumado, gambas y calamares de origen vegetal. El estudio presta especial atención a nutrientes clave como proteínas, ácidos grasos omega 3, hierro, yodo y vitamina B12, además de grasas saturadas, sal y fibra.

Entre los países evaluados, España destaca por ofrecer la media más alta de proteínas: 14,5 gramos por cada 100 gramos de producto. Además, el 100% de las referencias analizadas pueden considerarse fuente de proteínas. En cuanto a la vitamina B12, esencial en dietas veganas y vegetarianas, el 50% de los productos españoles están enriquecidos, el porcentaje más alto entre los países del informe.

Sin embargo, las cifras invitan a la cautela. Solo 2 de las 6 alternativas españolas contienen omega 3 en cantidades significativas, con una media de 0,9 gramos por cada 100 gramos. También persiste la necesidad de mayor fortificación con hierro (presente en solo el 33% de los productos) y yodo, otro micronutriente fundamental.

Frente al pescado tradicional, las alternativas vegetales tienen una ventaja: aportan fibra, ausente en los productos de origen animal. Pero, en contrapartida, la mayoría supera el gramo de sal por cada 100 gramos, con una media de 1,3 gramos. Aunque por debajo de los niveles del salmón ahumado convencional (2,96 g/100 g), esta cifra sigue siendo elevada respecto a la recomendación de la OMS, que sitúa el máximo diario en 5 gramos.

“Son productos con bajo contenido en grasas saturadas y buena fuente de proteínas, además de aportar fibra”, señala Valentina Gallani, directora de Salud y Nutrición de ProVeg. “Sin embargo, sería deseable una mayor inclusión de omega 3 mediante aceite de algas y un enriquecimiento más sistemático con micronutrientes esenciales”.

Oportunidad comercial

Una encuesta europea de 2023 citada en el informe revela que el 42% de los consumidores ve atractivas las alternativas vegetales al pescado y el 43% las consideraría en su cesta de la compra. Por ello, ProVeg lanza una serie de recomendaciones tanto para fabricantes como para distribuidores.

Entre ellas, se insta a los minoristas a ubicar estos productos en zonas de alto tránsito, junto a sus equivalentes de origen animal, y ofrecerlos a precios competitivos. También sugiere a los gobiernos establecer directrices nutricionales específicas para estos productos, con el fin de mejorar su calidad, orientar a los productores y facilitar decisiones informadas por parte del consumidor.

El informe también descarta la acuicultura como alternativa viable, por los efectos negativos en la biodiversidad, la calidad del agua y la destrucción de hábitats como los manglares. Entre 2000 y 2020, la piscicultura fue responsable de casi el 27% de la pérdida mundial de manglares, ecosistemas vitales para el almacenamiento de carbono y la protección costera.