Popeyes y Too Good To Go se alían contra el desperdicio de alimentos

La cadena refuerza su compromiso con la sostenibilidad y ya ha evitado el desperdicio de más de 25 toneladas de comida en solo cinco meses.

Popeyes, una de las principales cadenas de restauración especializada en pollo, ha consolidado su alianza con la aplicación Too Good To Go para luchar contra el desperdicio alimentario. Tras una prueba piloto iniciada en diciembre de 2024 en diez locales, la colaboración se ha extendido a cerca de 130 establecimientos en toda España.

A través de la app, los usuarios pueden adquirir Packs Sorpresa con excedentes diarios a precios reducidos, promoviendo así el consumo responsable y la reducción del impacto ambiental. En tan solo cinco meses, se han salvado más de 25.000 packs, lo que ha evitado el desperdicio de unas 25 toneladas de alimentos y ha reducido la emisión de más de 67.500 kilos de CO2. Además, se han ahorrado más de 20 millones de litros de agua, equivalente al volumen de ocho piscinas olímpicas.

Andrea Mejorada, directora de comunicación corporativa y ESG de Restaurant Brands Europe, destacó que esta alianza “refleja nuestro propósito de avanzar hacia un modelo más consciente, pero sin renunciar a lo que somos y que nos hace únicos”.

Compromiso medioambiental

Esta iniciativa se alinea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de la ONU, que plantea reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030, y llega en un contexto marcado por la reciente aprobación en España de la Ley de prevención de pérdidas y desperdicio alimentario.

Restaurant Brands Europe, grupo que gestiona Popeyes en España e Italia, ya colabora con Too Good To Go desde 2021 a través de su marca Tim Hortons, con más de 59.500 packs salvados hasta la fecha. El grupo impulsa una estrategia global de sostenibilidad basada en la economía circular, eficiencia energética y gestión responsable de recursos.

En el caso de Popeyes, su compromiso medioambiental también se refleja en el uso de ingredientes frescos y de origen local. Todo el pollo servido en España es fresco, de origen nacional y certificado bajo estándares de bienestar animal. Además, productos como tomates, cebollas y lechugas provienen de huertos locales en Murcia y Navarra.