La Ley de Consumo Sostenible obligará a informar sobre la reduflación en los lineales
Fabricantes y distribuidores deberán notificar visiblemente cuando un producto haya reducido su cantidad sin modificar precio ni envase.
El Gobierno español ultima una modificación de la Ley de Consumo Sostenible que supondrá cambios directos para el sector del retail, especialmente en la presentación y etiquetado de productos.
Según adelantó el ministro de Consumo, Pablo Bustinduy, el objetivo de la reforma es combatir prácticas que el Ejecutivo considera engañosas, como la reduflación.
La reduflación consiste en reducir la cantidad de producto manteniendo el mismo precio, muchas veces sin que el consumidor lo perciba. A partir de la nueva normativa, si se lleva a cabo esta práctica sin modificar el diseño del envase, será obligatorio informarlo de forma clara y visible en el punto de venta durante al menos 90 días tras su lanzamiento.
Esto implicará para fabricantes y retailers un cambio significativo en sus sistemas de etiquetado, información en góndola, packaging y estrategias comerciales. La reforma busca que el consumidor pueda comparar con criterios objetivos, evitando lo que desde el Ministerio consideran “prácticas opacas”. De esta forma, se modificará el punto g del artículo 20, por lo que cuando se ponga la vente un producto de consumo preenvasado con una cantidad nominal constante, o varias unidades de producto, deberá informarse de forma «clara y comprensible» a los consumidores cuando se reduzca dicha cantidad o número de unidades incluidas en el paquete.
Otro punto de impacto será la prohibición de la llamada «publicidad del miedo», habitual en sectores como la seguridad, donde se utilizan mensajes alarmistas. A partir de ahora, este tipo de contenidos deberán apoyarse en datos reales y comprensibles, validables estadísticamente.
La modificación forma parte del desarrollo de la Estrategia de Consumo Sostenible 2024-2030 y se presentará oficialmente en Consejo de Ministros antes del verano. Supone un reto operativo para cadenas de distribución, pero también una oportunidad para reafirmar la confianza del consumidor en un momento de máxima sensibilidad por el valor percibido de los productos.