Hacienda retrasa la obligatoriedad de Verifactu hasta el 1 de enero de 2027
El comercio especializado de pan, carne y pescadería celebra la moratoria, pero piden más medidas para facilitar la adaptación.
El Ministerio de Hacienda ha confirmado el retraso de la entrada en vigor del nuevo sistema de verificación de facturas Verifactu, prevista para el 1 de enero de 2026, para facilitar la adaptación de las empresas al sistema.
La ampliación será de un año, quedando obligado su uso por parte de empresas y autónomos a partir del 1 de enero de 2027 en aquellos que tributen por el Impuesto de Sociedades, y a partir del 1 de julio de 2027, el resto.
El retraso de la obligatoriedad de Verifactu era uno de los compromisos que tenía pendiente el Gobierno con Junts. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, informó en medios catalanes que cumplirían con dichos compromisos, entre ellos la ampliación de dicho plazo, algo que ya venían pidiendo organizaciones como la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos (ATA).
“Los autónomos hoy pueden respirar más tranquilos, no empezando el año con más cargas, con más trabajas, con cargas como ésta”, ha señalado su presidente, Lorenzo Amor, quien ha agradecido también la presión ejercida por el partido catalán.
También han expresado su agradecimiento a éste y a otros partidos, las patronales nacionales del comercio especializado del pan, carnes y productos pesqueros (CEOPPAN, CEDECARNE y FEDEPESCA) que valoran de forma muy positiva el retraso.
“Sin medidas correctoras y sin una planificación más paulatina, la implantación inmediata de Verifactu podía poner en riesgo la viabilidad de miles de establecimientos, como quedó cuantificado en estudios realizados para el sector, como el de PIMEC Comerc en Cataluña, que ha sido clave para que Junts haya hecho suya esta demanda que el gobierno ahora hace suya”, exponen.
Las tres patronales de comercio de proximidad consideran “imprescindible” de igual modo la puesta en marcha de un plan de choque que ayude a sus empresas a realizar la transición hacia la facturación electrónica de manera ordenada y realista, con medidas como la excepción de obligatoriedad a los profesionales mayores de 60 años o deducciones fiscales en el IRPF o el Impuesto de Sociedades para hacer más atractivo el cambio.
