Ecommerce, IA y hubs urbanos redibujan el mapa logístico español
Durante 2024, las empresas logísticas gestionaron cerca de 1.303 millones de pedidos derivados del comercio electrónico, un 8,6% más que el año anterior.
El crecimiento del comercio electrónico, junto con la digitalización y la presión por la sostenibilidad, está impulsando un nuevo modelo logístico en España. Hubs urbanos, vehículos eléctricos e inteligencia artificial son ahora piezas clave en un engranaje que busca eficiencia, inmediatez y competitividad.
TEXTO REDACCIÓN D/A RETAIL
La logística española vive una fase de crecimiento acelerado. Solo en 2024, la contratación de superficie logística superó los 2,5 millones de metros cuadrados, lo que supone un aumento del 23% respecto al año anterior, según el informe Tendencias en Industrial y Logística 2025 de CBRE. La inversión también se aceleró exponencialmente, alcanzando los 1.400 millones de euros, un 21% más que en 2023.
El volumen de negocio de los operadores logísticos en España – que engloba servicios de almacenaje, manipulación, transporte y distribución – ascendió a 6.800 millones de euros en 2024, lo que representa un crecimiento del 5,4% respecto al año anterior, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa. Dentro de esta cifra, el almacenaje creció un 6,3%, hasta alcanzar los 3.400 millones, mientras que el transporte y la distribución lo hicieron en un 4,6%.
Por segmentos, la alimentación y las bebidas generaron cerca del 40% de la demanda logística, seguida de sectores como automoción, maquinaria y electrodomésticos. Además, el observatorio destaca la elevada concentración del mercado: las cinco mayores empresas del sector reunieron el 41% del negocio en 2024, y las 10 primeras, el 59%.
Este dinamismo responde a múltiples factores: desde la madurez del ecommerce y la modernización de infraestructuras, hasta el peso creciente del último tramo de la cadena de suministro urbano.
Ecommerce y la urgencia de la última milla
Uno de los principales motores del buen momento que atraviesa el sector logístico en España es el crecimiento sostenido del comercio electrónico. Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa, el mercado logístico vinculado al ecommerce facturó 3.350 millones de euros en 2023, con previsiones de crecer un 5% anual hasta alcanzar los 3.700 millones en 2025. Solo en el tercer trimestre de 2024, el comercio electrónico registró su mayor volumen de negocio en España: 24.558 millones de euros, un 12,6% más que en el mismo periodo de 2023, según datos del portal CNMCData.
En paralelo, el número de envíos también marcó un nuevo récord. Durante 2024, las empresas logísticas gestionaron cerca de 1.303 millones de pedidos derivados del comercio electrónico, un 8,6% más que el año anterior. Y según previsiones de UNO Logística, el ecommerce crecerá un 5,4% adicional en 2025.
Pero este avance no está exento de desafíos. La presión por ofrecer entregas más rápidas, económicas o incluso gratuitas ha disparado las tensiones operativas del sector. Según un estudio de eLogistics Connect, los principales retos que afrontan las compañías logísticas son: el coste de entrega (30,8%), la experiencia del cliente (17,3%) y el tiempo de entrega (11,5 %).
Para responder a estas exigencias, el sector está apostando por hubs urbanos y micro-fulfillment centers (MFCs). Estas instalaciones, ubicadas en la periferia o dentro de las propias ciudades, actúan como núcleos logísticos de proximidad, reduciendo distancias, acelerando los tiempos de entrega y optimizando los costes gracias al uso de robótica ligera y procesos automatizados. Estos centros de preparación de pedidos de pequeño formato, ubicados estratégicamente cerca del consumidor final, están viviendo un auténtico boom de crecimiento. El mercado global de MFCs se valoró entre 5.700 y 6.000 millones de euros en 2024, y se espera que alcance los 8.600 millones en 2025 y hasta 29.000 millones en 2030, con tasas anuales de crecimiento que oscilan entre el 31,1% y el 44,5%, según datos extraídos del Micro fulfillment centers industry report 2024–2030.
A pesar de todo, la rentabilidad sigue siendo uno de los grandes desafíos estructurales del sector. A los costes logísticos tradicionales se suma la compleja gestión de la logística inversa, especialmente en las devoluciones. Esta situación obliga a las empresas a optimizar procesos sin comprometer la calidad del servicio.
Y a este equilibrio se añade un tercer eje: la sostenibilidad. El incremento de vehículos de reparto asociado al ecommerce está acentuando problemas como la congestión urbana y el aumento de emisiones contaminantes. Esto genera una tensión creciente entre la inmediatez y el bajo coste que exige el consumidor y la responsabilidad ambiental que reclaman tanto la sociedad como las propias marcas.
Retos y desafíos del sector
La expansión del sector logístico también conlleva un aumento proporcional de sus necesidades y retos. Según previsiones de UNO Logística, el empleo vinculado a la logística y el transporte crecerá un 2,8% en 2025, con especial protagonismo para el segundo trimestre del año.
Entre las prioridades identificadas por UNO Logística para este año destacan:
- Talento y formación: reforzar la formación profesional y atraer talento joven será clave para garantizar el relevo generacional y cubrir los nuevos perfiles que demanda la automatización.
- Infraestructuras: se reclama un impulso inversor, especialmente en el transporte ferroviario de mercancías.
- Modernización administrativa: agilizar el sistema para paraaduanero es esencial para facilitar los flujos del comercio internacional.
- Marco regulatorio: el sector urge la aprobación de la Ley de Movilidad Sostenible, sin cargas fiscales adicionales, y la autorización para operar con camiones de 44 toneladas.
- Sostenibilidad y descarbonización: avanzar hacia una logística más limpia exige plazos realistas, suficientes puntos de recarga y una normativa de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) armonizada.
- Costes y competitividad: reducir los costes no salariales permitiría mejorar los salarios netos y reforzar la competitividad empresarial.
Mirando al futuro: claves que marcarán el pulso logístico
La fotografía de 2024 deja claro que el sector logístico español está en plena transformación. Pero, ¿qué podemos esperar del futuro inmediato? Según el informe Tendencias en Industrial y Logística 2025 de CBRE, España se ha convertido en el único país europeo con tasas de crecimiento positivas, respecto a la media de los últimos cinco años.
Este dinamismo responde, en gran medida, al buen comportamiento de la demanda de espacio logístico, que en 2024 superó los 2,5 millones de metros cuadrados contratados, lo que representa un crecimiento interanual del 23%. La actividad se ha extendido más allá de los polos tradicionales de Madrid y Barcelona, consolidando una red logística más descentralizada y robusta. Se espera que la renta prime seguirá su tendencia alcista a largo plazo, con un crecimiento más moderado en la capital en comparación con la Ciudad Condal.
De cara a 2025, las proyecciones del sector logístico en España se mantienen en línea con la media de los últimos años, aunque sin previsión de superar las cifras récord de 2024. Aun así, el informe de CBRE identifica factores con alto potencial de activación de la demanda logística. El crecimiento del PIB, el consumo y las ventas online en España se espera que superen la media europea, lo que generará una mayor necesidad de infraestructura logística. La adopción de nuevos estándares ESG y el potencial de crecimiento en nearshoring también son elementos clave que podrían aumentar la demanda a largo plazo.
El informe también señala que el mercado afronta una nueva etapa de modernización. El envejecimiento del stock de naves, junto a mayores exigencias regulatorias y técnicas (como el refuerzo de normativas contra incendios), impulsará una tendencia clara hacia la rehabilitación de instalaciones logísticas a medio y largo plazo. Otro eje clave en esta evolución es la consolidación de la inteligencia artificial y la automatización como herramientas estratégicas para ganar agilidad, eficiencia y capacidad de adaptación.