Un 69% de consumidores elige el supermercado como lugar habitual de compra
En compras de alimentación y gran consumo, supera al hipermercado (12,4%) y al especialista (8%).
El supermercado continúa siendo el espacio de compra habitual para la mayoría de los consumidores en España. Así lo refleja la Encuesta de Hábitos de Compra y Consumo 2025 de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC), elaborada a partir de las respuestas de 3.800 familias durante el primer semestre del año.
El estudio apunta a que el 69% de los encuestados sitúa este formato como su principal lugar de compra de alimentación y gran consumo, por delante del hipermercado (12,4%) y del pequeño comercio o tiendas especializadas (8%).
El documento subraya un cambio generalizado en las rutinas de compra: el 77% afirma haber modificado sus hábitos en el último año, impulsado por el contexto económico. Entre las razones más citadas figuran la búsqueda de ofertas y promociones (32%), un mayor aprovechamiento de los alimentos (20%) y, en menor medida, la reducción del gasto en alimentación (8%) o la diversificación de compras entre distintos establecimientos (8%).
A la hora de decidir el lugar de compra habitual, la proximidad se mantiene como el criterio más determinante, con un 38% de menciones. Le siguen muy de cerca el precio (34%) y la calidad de los productos (31%). Este tridente de factores concentra la mayor parte de las respuestas y dibuja un patrón donde pesan el ahorro de tiempo, la economía doméstica y la confianza en el surtido.
Esa preferencia por la cercanía se relaciona con la capilaridad del supermercado en los barrios. De hecho, el 56% de los consumidores asegura desplazarse andando para hacer la compra, lo que favorece compras más pequeñas pero más frecuentes. El informe añade que un tercio de la población (33%) se considera vulnerable por su bajo nivel de renta y/o formación, una variable que aparece asociada al ajuste del gasto.
La etiqueta sigue siendo el canal de información más fiable para el consumidor: el 56% la identifica como su principal referencia sobre el producto. Sin embargo, casi la mitad (48%) las considera poco accesibles, confusas o incompletas, y un 10% reconoce que no las lee. En cuanto a los datos más consultados, la fecha de caducidad encabeza el interés (65%), aunque el estudio señala que el 46% admite consumir productos una vez superada esa fecha.
Tras el etiquetado, internet y las redes sociales se sitúan como segunda vía más recurrente para informarse (16%), en un contexto donde el código QR empieza a ganar presencia como herramienta complementaria.
Salud y sostenibilidad en la cesta
La encuesta también recoge que el 74% de los participantes considera que mantiene hábitos de alimentación saludables, mientras que el 25% restante no sabe evaluarlos, lo que, según el informe, apunta a la necesidad de más formación e información sobre dieta equilibrada. En la compra, un 55% declara adquirir productos con alegaciones saludables, aunque un 27% los rechaza. La información sobre el contenido de azúcar destaca como la más valorada (38%), por encima de grasas (20%), sal (12%), hidratos de carbono (10%) o fibra (9%).
En sostenibilidad, el informe indica que seis de cada diez consumidores consideran difícil realizar una compra de alimentos sostenible. Algo más de tres de cada diez estarían dispuestos a pagar un extra por estos productos, lo que vuelve a situar el precio como elemento decisivo también en este terreno.
Asimismo, la mayoría afirma haber tomado medidas contra el desperdicio alimentario: el 88% dice estar realizando alguna acción al respecto, tres puntos más que en 2024. Además, el estudio detecta una mayor separación de residuos en el hogar, con especial peso del contenedor amarillo (73%), seguido del orgánico (66%), vidrio (64%) y papel/cartón (60%).
