Consumidor ¿consciente o saturado?

El Anuario de Julio 2025 de D/A Retail recoge en un reportaje las claves del consumo sostenible en España, donde pese al avance en hábitos responsables, comienza a percibirse un cierto desgaste.

El consumidor es cada vez más consciente de la importancia que para el cuidado del medio ambiente tienen la manera en que consumimos y el reciclaje de lo que desechamos. Lo que influye indudablemente en sus decisiones de compra. Este cambio se evidencia en la creciente demanda de productos y servicios sostenibles, la búsqueda de información sobre las prácticas de las empresas y el reciclado de aquello que ya no utilizamos. Sin embargo, estudios recientes revelan un cierto cansancio del consumidor ante tanto compromiso medioambiental. 

TEXTO ROCÍO HERNÁNDEZ

Al elegir productos sostenibles y reducir el consumo, se contribuye a la protección del medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático. También adquiriendo productos de productores que utilizan prácticas sostenibles y de empresas locales, lo que viene llamándose el consumo de proximidad. Son comportamientos que los ciudadanos tienen cada vez más interiorizados y que muchas veces forman parte de sus hábitos. 

Sin embargo, algunos estudios reflejan cierta saturación de la población española ante el movimiento sostenible y el cambio climático. Así el informe «El consumo sostenible y los productos certificados 2025» retrata una ciudadanía cada vez más desconectada del compromiso ambiental, atrapada entre precios elevados y saturación informativa. 

Elaborado por ClicKoala y el Grupo de Investigación en Psicología Ambiental de la Universidad de Castilla-La Mancha, el estudio ofrece algunas interesantes conclusiones:

La preocupación ciudadana por el cambio climático cae en picado, del 67% en 2019 al 49% en 2024. Además, en 2019, un 40% de los españoles se definía como personas comprometidas con un estilo de vida sostenible. Hoy, solo el 30% opina de esa manera. En este sentido, el informe identifica que, entre los estilos de vida preferidos por los españoles, vivir de forma sostenible ha pasado a un discreto lugar, muy por detrás de ser «viajeros», «amantes de la naturaleza» o incluso «mascoteros».

La responsabilidad individual también ha sufrido un desplome. En 2022, uno de cada cuatro españoles sentía que tenía un papel activo en la solución del cambio climático. Ahora, apenas un 17,5% mantiene esa implicación. El exceso de mensajes apocalípticos, las cifras incomprensibles y las peleas partidistas han generado una sensación de impotencia en el ciudadano. 

Disminuye la preocupación climática entre los jóvenes. Entre los jóvenes de 16 a 24 años, la preocupación climática ha caído un 25%. Entre los de 25 a 34 años, un 34%. Los jóvenes activistas existen y son visibles, pero no representan al grueso de su generación. Además, entre los hombres jóvenes el descenso es todavía más acusado. Según el informe, sienten menos responsabilidad, menos ansiedad climática, y cada vez más creen que sus actos no marcan ninguna diferencia. 

Una responsabilidad de las empresas. El 65% de los españoles opina que las empresas deben asumir una responsabilidad principal o alta en la lucha contra el cambio climático. Están detrás de la UE, el Gobierno y la ONU, pero muy por delante de ayuntamientos o ciudadanía. Además, tres de cada cuatro españoles apoyan una fiscalidad verde que premie a las empresas responsables y penalice a las contaminantes. 

Los ciudadanos desean estar informados. El estudio también revela que más de la mitad de los españoles quiere saber si los productos que compra son seguros para la salud (56,8%), libres de explotación infantil (51,9 %) o fabricados en España (50,9 %). También preocupa mucho que respeten el medioambiente (49%) o el bienestar animal (43,5 %). Sin embargo, solo el 17% compra productos de cercanía, un 15 % compra a granel y un 13 % adquiere productos ecológicos. En este sentido, el precio sigue siendo la principal barrera. Como apunta el informe, en muchos casos el coste adicional de un producto sostenible puede llegar a representar casi la mitad del peso en la decisión de compra. 

Sector textil: crece la segunda mano pero domina la compra de moda low cost. En el sector textil, la compra de ropa de segunda mano ha pasado del 9% en 2019 al 15 % en 2024. De igual forma, el interés por la procedencia de las prendas (si se fabrican en España, si son sostenibles, si respetan el comercio justo) también aumenta, aunque sigue siendo minoritario. La moda rápida continúa dominando, porque es más barata, más accesible y más tentadora. 

Cae la confianza en los certificados sostenibles. La confianza en los sellos de sostenibilidad ha caído 8 puntos desde 2019: del 55% al 47%. Y aunque un 71% de los españoles admite que los certificados influyen en su decisión de compra en mayor o menor medida, la saturación de logos y la falta de claridad sobre su verdadero significado genera confusión, desconfianza y, finalmente, desinterés.

Aumentó la compra de segunda mano

Otro estudio, esta vez de Milanuncios, revela un aumento de las compras de segunda mano en esta app, producto de la preocupación de la población española por las emisiones de gases de efecto invernadero y la sobreproducción de materiales de difícil reciclaje. De hecho, durante el 2024, las transacciones de segunda mano a través de Milanuncios en España han significado un ahorro potencial de 32.847 toneladas de CO₂eq, lo que equivaldría a la producción de 50.533.702 botellas de plástico.

El citado informe  “El Efecto Medioambiental de la Segunda Mano” revela conclusiones como estas:

  • Cada transacción realizada en Milanuncios durante el año pasado ha supuesto de media un ahorro potencial de 6.786 gramos de CO₂ equivalente a 9 botellas de plástico.
  • Las ‘Bicicletas de montaña’ continúan siendo el producto que, de mediamás emisiones de CO2 equivalentes han ahorrado potencialmente al planeta, seguida de electrodomésticos como los ‘frigoríficos’, ‘lavadoras’ y  ‘congeladores’.
  • Entre el 36% y el 70% de las compras en Milanuncios, dependiendo de la categoría de producto, pudieron reemplazar durante el último año la compra de productos nuevos, impulsando así la economía circular.
  • Andalucía, Comunidad Valenciana y Canarias continúan siendo las tres regiones con mayor ahorro potencial de emisiones.