Cómo el marketing digital da nueva vida al consumo tradicional
Vivimos en una época en la que se puede asegurar que los humanos hemos cambiado claramente la forma en la que consumimos productos y servicios. La aparición de las tecnologías digitales ha provocado que los hábitos de compra, entretenimiento y comunicación se vean muy condicionados por el marketing, que ha pasado a tener un papel especialmente relevante.
Precisamente el marketing se ha tenido que reinventar en los últimos años, aunque de una forma parcial. Es decir, se ha visto obligado a dar el salto al mundo digital, pero no ha abandonado las fórmulas tradicionales. Podría decirse que ha experimentado una revitalización, aunque el producto que “se quiere vender” no ha cambiado demasiado.
La mejor forma de comprobar que esta nueva fórmula funciona, es ver si en los sectores que se ha aplicado ha tenido éxito. Ejemplos como las plataformas de bingo online reguladas demuestran que rediseñar los clásico con tecnología e interacción puede atraer a nuevas audiencias.
En lo sucesivo, vamos a analizar como se está dando este proceso y sus puntos más relevantes.
Modernizar lo que resulta familiar
En su corta existencia, probablemente uno de los mayores logros que ha tenido el marketing digital es el hecho de haber sido capaz de adaptar productos y servicios tradicionales a los nuevos canales y lenguajes de consumo. No ha sido un simple traslado de lo analógico a lo digital, sino que se ha llevado a cabo una especie de renovación del mensaje, que mezcla la nostalgia de lo conocido con la innovación.
Como se mencionaba en la introducción, uno de los mejores ejemplos es el bingo. Se trata de un juego que existe desde hace muchos años, y que ha tenido un gran arraigo en muchas comunidades. La aparición de otras opciones de entretenimiento podría relegarlo a un segundo plano. Sin embargo, su aparición en el mundo digital, en unas plataformas que han renovado sus dinámicas de juego, ha dado pie a que se produzca un fenómeno de atracción tanto para jugadores veteranos como para nuevos usuarios.
Este caso se ha repetido en muchos otros sectores, y es una clara muestra de lo que el marketing digital ha conseguido. Se ha mejorado la experiencia del usuario, se le ha permitido entrar en contacto con otros con los mismos intereses y se ha logrado un impacto en un rango de público mucho mayor, como demuestran los datos de marketing en España.
Herramientas nuevas para objetos viejos
Está claro que los objetivos del marketing, que en el fondo siguen relacionados con conectar con el usuario, no se han modificado. El principal cambio está ahora en las herramientas que se usan para ello. Gracias al mundo digital, existen una serie de elementos que permiten ser más precisos a la hora de predecir lo que el cliente puede estar buscando, lo que acaba generando mensajes hacia él que se adapten a esas posibles necesidades. Es lo que podríamos definir como personalización.
Este concepto, que ha sido la tabla de salvación de muchos negocios que parecían anclados en el pasado, se apoya en la inteligencia artificial, los algoritmos o el análisis de datos, con el fin de ofrecer una experiencia única a los usuarios. Puede verse con claridad en marcas, por ejemplo, de moda, que basándose en lo que el cliente ha comprado previamente, ofrecen productos que van en esa misma línea.
Las redes sociales se han destapado también como un aliado poderoso. En ellas, muchas empresas aprovechan para tener más visibilidad, compartir sus valores, y conseguir un mayor impacto.
Retos y oportunidades de esta nueva realidad
Esta digitalización del consumo tradicional, como todo, presenta grandes desafíos. Uno de los más claros está relacionado con la posibilidad de dar demasiado protagonismo a la innovación, lo que puede provocar que se proyecte una imagen artificial y forzada en lugar de auténtica, algo que rechazan claramente los clientes.
Esos pequeños errores son determinantes, ya que, aunque estar en un mercado digital puede suponer una oportunidad por tener un mayor alcance, también aumenta la competencia. Equivocarse puede acabar provocando que un competidor tome la delantera. Cuidar la imagen, invertir en contenido y generar en comunidad, son tres elementos claves en este nuevo escenario.
A mayores de todo está el marco regulatorio, que, en ocasiones, sin pretenderlo, puede beneficiar al propio sector. Por ejemplo, las leyes en España obligan a que el juego online se caracterice por una gran transparencia. Ese deber es un poderoso elemento para proyectar una imagen muy positiva de la empresa, ya que genera confianza en los usuarios.
Un futuro híbrido
Todo hace pensar que, en el futuro más próximo, el consumo mezclará lo físico con lo digital. Esto será provocado por los propios clientes, que acabarán por imponer su costumbre de moverse entre ambos mundos.
Las marcas, evidentemente, caminarán hacia donde lo hagan sus potenciales compradores. Pese a estar invirtiendo grandes cantidades de dinero en marketing digital, lo cierto es que su objetivo es vender. De hecho, no es muy habitual que intenten orientar a los usuarios hacia una forma de compra online o física, ya que el resultado es muy parecido.