Tendencias que impulsarán la adopción empresarial de la IA en 2026
De cara al próximo año, un mayor número de empresas extenderán la IA a más procesos corporativos.
La consultora tecnológica GFT sitúa 2026 como el año en que las organizaciones empezarán a industrializar la inteligencia artificial, integrándola de forma sistemática en procesos críticos, sistemas core y modelos de decisión. La compañía apunta a un salto de escala que afectará al desarrollo de software, la gestión de incidencias, la toma de decisiones y la modernización tecnológica en distintos sectores, incluido el retail.
La firma cita una previsión de Gartner según la cual, para 2028, el 90% de los ingenieros de software empresarial utilizarán asistentes de codificación con IA, frente a menos del 14% a comienzos de 2024. A su juicio, esta aceleración refleja que el impacto de la tecnología llega cuando se despliega a escala, con gobierno, seguridad y una orientación clara al negocio.
“Estamos viendo un cambio de escala y de madurez. La IA está empezando a conseguir resultados medibles y esto da confianza a las organizaciones para emplearla en cada proceso y en cada decisión. Las empresas que sepan aplicarla de forma transversal y holística serán las que realmente consigan sacarle rendimiento”, señala Ignasi Barri, director global de IA y Datos en GFT.
La compañía identifica como primer gran avance la automatización del desarrollo de software. Según GFT, la IA generativa está acelerando tareas como la documentación, el diseño de pruebas, la revisión de seguridad, el análisis funcional y la generación de código, lo que acorta plazos de entrega y libera a los equipos para funciones de mayor valor.
El segundo movimiento que prevé para 2026 es el paso de usos puntuales a la transformación de procesos completos. GFT observa que las organizaciones evolucionarán desde automatizar actividades aisladas hacia optimizar flujos end-to-end mediante varios modelos y agentes que operarán de forma integrada, desde la captura de datos hasta la decisión final. Para la compañía, esta integración progresiva incrementará la madurez tecnológica interna y reducirá resistencias, con efectos en productividad y tiempos operativos.
Anticipa un uso creciente de IA para resolver incidencias en sistemas críticos. En entornos donde la continuidad del negocio depende de la rapidez de remediación, la firma asegura que la incorporación de IA entrenada con datos reales del servicio puede recortar en torno a un 30% los tiempos medios de resolución a los tres meses de puesta en producción. Este ahorro, añade, se traduce en menos horas de soporte y mayor estabilidad, reduciendo indisponibilidades con impacto sobre clientes y operaciones.
Otra palanca será la incorporación de agentes de IA en análisis complejos para acelerar decisiones. GFT apunta a procesos como el análisis de riesgo, el cumplimiento normativo o las auditorías internas, donde tareas repetitivas de recopilación y preparación de informes consumen gran parte del tiempo. En proyectos desarrollados con Oliver Wyman, la compañía estima ahorros de entre el 30% y el 40% en actividades vinculadas a reportes de riesgo crediticio, aumentando la capacidad operativa sin ampliar equipos.
La modernización de sistemas core es otro de los frentes que, según GFT, se verá desbloqueado por la IA. La firma sostiene que la tecnología permite analizar grandes volúmenes de código y comprender arquitecturas y dependencias en una fracción del tiempo previo, reduciendo esfuerzo manual, riesgos y costes. Con ello, proyectos que antes se descartaban por largos o complejos podrían abordarse a partir de 2026, ampliando el mercado de renovación de sistemas heredados.
GFT también señala la transición desde grandes modelos lingüísticos hacia agentes autónomos capaces de ejecutar tareas, interactuar con aplicaciones y operar dentro de límites definidos. Este paso hacia una IA “agentic”, admite, obligará a reforzar marcos de gobernanza para asegurar trazabilidad y supervisión cuando estos sistemas actúen en nombre de la empresa.
Por último, la compañía prevé una transformación de los roles profesionales. La automatización liberará tiempo de tareas mecánicas y permitirá a los empleados centrarse en actividades de mayor valor, como la relación con clientes o decisiones estratégicas. Al mismo tiempo, el despliegue y supervisión de agentes impulsará la demanda de perfiles técnicos especializados.
