Los aranceles plantean una recesión económica de aquí a 2028
La Eurozona es una de las regiones menos expuestas a las tensiones comerciales vividas a nivel global.
Las crecientes políticas arancelarias adoptadas por varias economías en los últimos meses están teniendo un impacto directo y preocupante sobre el comercio internacional, según revela un reciente análisis de Oxford Economics basado en el International Business Report (IBR), elaborado por Grant Thornton. El informe advierte de que la guerra comercial podría ralentizar el crecimiento global y empujar a la economía mundial hacia una recesión que se prolongue durante años.
En el documento se plantean dos escenarios posibles ante el endurecimiento del proteccionismo. En el más pesimista, el crecimiento económico global se vería drásticamente reducido, sin lograr recuperar los niveles del primer trimestre de 2025 hasta el año 2028. En cambio, el escenario más favorable contempla un crecimiento cercano al 2% para la economía mundial, si bien con efectos visibles de la incertidumbre, al menos, hasta el año siguiente.
Las nuevas oleadas de aranceles están condicionando la evolución regional. Norteamérica y Asia-Pacífico son las zonas más expuestas a las tensiones comerciales, mientras que la Eurozona, el Norte de África y el Golfo Pérsico muestran una menor vulnerabilidad.
Impacto en el comercio internacional y las exportaciones
Las previsiones a medio plazo también son sombrías para el comercio global. La política arancelaria estadounidense ha recortado un 4% las perspectivas de exportaciones mundiales. Si se mantienen las actuales tensiones, el volumen global de comercio podría desplomarse hasta un 15% en 2029, con caídas especialmente agudas en China (30%) y EE.UU. (28%). El resto del mundo sufriría un descenso más moderado, inferior al 10% en el peor de los casos.
En este contexto, el International Business Report refleja un desplome en las expectativas de exportación en Asia-Pacífico, donde el porcentaje de empresarios que prevén incrementar sus ventas exteriores ha caído nueve puntos hasta el 42%. En contraste, en Norteamérica se mantiene estable (59%) y en la Eurozona incluso sube hasta el 45%.
Mercado nacional como refugio y caída del optimismo
Ante la volatilidad internacional, muchas empresas del middle-market vuelven la mirada hacia el mercado doméstico. En España, por segundo trimestre consecutivo, los empresarios identifican su propio país como el que ofrece mayores oportunidades de crecimiento, una tendencia compartida también en otras regiones de Europa y Asia.
Sin embargo, a nivel global, el pesimismo gana terreno. El IBR muestra una caída de cinco puntos en el optimismo de los líderes empresariales respecto al cierre de 2024. Aun así, un 71% de los consultados mantiene una visión positiva a corto plazo. En este indicador, España destaca como el país más optimista de Europa y Oriente Medio, con un 67%.
Asia-Pacífico, por el contrario, encabeza la caída del ánimo empresarial, con un descenso de seis puntos, motivado en gran parte por las amenazas arancelarias de EE.UU. hacia países como Camboya, Laos o Vietnam.
Incertidumbre e inversión: los grandes retos
Por primera vez, la incertidumbre económica se sitúa como la principal barrera para el desarrollo empresarial en todas las regiones, superando a la inestabilidad geopolítica o la preocupación por la demanda. Esta preocupación alcanza ya al 61% de los líderes del middle-market, según el informe.
Como consecuencia, las previsiones de inversión se han debilitado en la mayoría de regiones, con caídas que oscilan entre el 0,3% en la Eurozona y el 2,1% en los países del Golfo.
Tecnología, aún en el centro de la estrategia inversora
A pesar del contexto adverso, las empresas medianas mantienen la apuesta por la tecnología. El 68% de los líderes empresariales afirman que seguirán invirtiendo en este ámbito. Las inversiones en I+D+i han superado en prioridad a las de recursos humanos, aunque en regiones como Asia-Pacífico y África la inversión en talento sigue siendo central.
Por sectores, banca y energía priorizan el capital humano frente al I+D+i, mientras que el sector tecnológico destina más recursos a la marca corporativa. Las preocupaciones también varían: la regulación y la burocracia inquietan más al sector financiero, mientras que la industria tecnológica alerta sobre la escasez de mano de obra cualificada, un reto que la Comisión Europea ha subrayado recientemente al identificar 42 perfiles laborales en riesgo de escasez.