La industria alimentaria, contraria al pacto arancelario de la UE con Estados Unidos

Para FIAB, es una imposición de Washington “que rompe con el equilibrio del libre comercio”. En la FEV piden incluir al vino en la lista del ‘cero por cero’.

La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha calificado de “injusto y desequilibrado” el acuerdo alcanzado este domingo entre la Unión Europea y Estados Unidos para resolver el conflicto arancelario que mantenían abierto desde abril. En opinión de FIAB, las condiciones del pacto perjudican directamente a la industria alimentaria española, al consolidarse un arancel del 15% sobre productos europeos exportados al mercado estadounidense.

“Es mejor un acuerdo que una guerra comercial abierta, pero no nos resignamos a que las exportaciones de nuestros productos a Estados Unidos estén penalizadas con un arancel del 15%. Es una imposición de Estados Unidos que rompe con el equilibrio del libre comercio”, ha declarado Ignacio Silva, presidente de la federación.

FIAB subraya que Estados Unidos representa el primer destino extracomunitario para el sector y el cuarto en el conjunto de sus mercados exteriores, con más de 3.300 millones de euros exportados en 2024 y 770.000 toneladas enviadas. El mercado estadounidense supone el 6,6% del valor total de las exportaciones del sector español y cerca del 4% en volumen.

Silva advierte que “la industria española de alimentación y bebidas no puede renunciar a un mercado como el estadounidense”, destacando los riesgos que el nuevo escenario genera sobre la actividad exportadora, el empleo y el conjunto de la cadena de valor alimentaria.

Desde FIAB se reclama a las autoridades comunitarias que se habiliten cuanto antes medidas de apoyo específicas para las empresas más vulnerables, en especial las pymes, con el fin de impulsar su internacionalización y facilitar su adaptación operativa al nuevo contexto.

La federación también ha instado a avanzar en la ratificación de acuerdos comerciales pendientes, como el tratado con Mercosur, y a reactivar las negociaciones con países como Filipinas, Tailandia, Indonesia, Malasia e India. Asimismo, considera prioritario asegurar la implementación efectiva de tratados ya en vigor con Canadá, Japón, Corea del Sur o México.

Entre enero y abril, las exportaciones del sector alimentario español a Estados Unidos se han reducido un 3,7%, frente al incremento del 22,6% registrado en 2024, debido a la incertidumbre generada por los anuncios sobre nuevas medidas arancelarias. Mientras tanto, las importaciones desde EE.UU han aumentado un 22,2%, lo que agrava el desequilibrio comercial entre ambas regiones.

El vino, fuera del acuerdo arancelario

En paralelo, el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), del que forma parte la Federación Española del Vino (FEV), ha exigido este lunes que el vino sea incluido en la lista de productos con “arancel cero por cero” dentro del nuevo acuerdo entre Bruselas y Washington. El sector vitivinícola teme un fuerte impacto si se aplica el arancel general del 15%, lo que podría reducir el comercio con Estados Unidos hasta en un 10%, según los primeros cálculos.

Desde España, el director general de la FEV, José Luis Benítez, ha recordado que Estados Unidos fue en 2024 el primer mercado para los vinos envasados españoles, tanto tranquilos como espumosos, por lo que considera “vital” eliminar esta barrera. A las consecuencias del arancel habría que sumar, ha dicho, el efecto de la variación del tipo de cambio, actualmente también del 15%, lo que duplica el impacto económico.

“Aún estamos esperando conocer todos los detalles del acuerdo alcanzado y seguimos con gran expectación el resultado de las próximas negociaciones sobre la lista de productos que estarán incluidos en el acuerdo arancelario cero por cero, entre ellos algunos productos agrícolas”, ha señalado Marzia Varvaglione, presidenta del CEEV.

La organización europea ha subrayado que el vino genera beneficios relevantes tanto para empresas europeas como estadounidenses. De hecho, el propio sector norteamericano ha defendido la necesidad de proteger este comercio bidireccional. Según sus datos, por cada dólar que Europa gana vendiendo vino en EE.UU, las empresas estadounidenses de distribución y hostelería generan 4,5 dólares adicionales.

Ignacio Sánchez Recarte, secretario general del CEEV, ha advertido que no incluir al vino en el esquema libre de aranceles podría tener consecuencias “graves” a medio y largo plazo. Ha instado a los negociadores a actuar con decisión para proteger a un sector que, ha recordado, siempre ha aportado “valor, crecimiento y cooperación” en las relaciones comerciales transatlánticas.

Un acuerdo con matices

El acuerdo alcanzado el pasado domingo entre Úrsula von der Leyen y Donald Trump establece un arancel único del 15% sobre la mayoría de productos exportados desde la UE como automóviles, semiconductores y productos farmacéuticos, aunque fija también aranceles ‘cero por cero’ en sectores como la aeronáutica, algunos productos químicos y agrícolas, genéricos y materias primas esenciales.

Además, la UE se compromete a compras energéticas por valor de 750.000 millones de dólares, inversiones por 600.000 millones y adquisición de equipamiento militar norteamericano, aunque esta última partida no ha sido detallada.

Von der Leyen ha defendido que la diversificación energética derivada del acuerdo permitirá reducir la dependencia del gas y petróleo rusos mediante importaciones de gas licuado y combustible nuclear estadounidense. A su juicio, el acuerdo “ofrece estabilidad y previsibilidad para los ciudadanos y las empresas de ambas orillas del Atlántico”, en un contexto global de incertidumbre.

El pacto evita así la amenaza de Washington de aplicar a partir del 1 de agosto un arancel generalizado del 30% sobre las exportaciones europeas. Hasta la fecha, el gravamen aplicado por Estados Unidos era del 10%, tras rebajarlo desde un 20% en señal de voluntad negociadora.