La industria conservera: así ha logrado fijar población en la España vaciada
Desarrollo económico, cohesión territorial y creación de empleo. Esas son tres de las grandes aportaciones de la industria conservera a lo largo de la historia.
- La industria alimentaria genera más de dos millones de puestos de trabajo directo e indirectos en toda España e impulsa el empleo femenino.
- Autor Foods, con más de un siglo de historia, es una de esas empresas que preservan la vida en las zonas rurales sin renunciar a su expansión internacional.
Desarrollo económico, cohesión territorial y creación de empleo. Esas son tres de las grandes aportaciones de la industria conservera a lo largo de la historia. Lleva demostrándolo desde principios del siglo XX y aún hoy continúa realizando esta gran aportación que, además, logra fijar población en la España Vaciada. Se trata de esas zonas muy poco pobladas (con menos de 50 habitantes por kilómetro cuadrado) donde casi el 20% de la población está directamente relacionado con la industria alimentaria. Un sector que, en España, genera más de dos millones de empleos directos e indirectos. Buena parte de ellos, más de un 15%, en estas zonas rurales.
La Rioja es uno de esos lugares. Especialmente La Rioja Baja. Allí se encuentra una de estas conserveras: Autor Foods. Fundada en 1918 acumula más de un siglo de historia en el que se ha especializado en la elaboración de legumbres cocidas y ecológicas. Más de 100 años durante los que ha creado empleo en el territorio de forma ininterrumpida. Tanto es así que, en la actualidad, casi el 90% de su plantilla tiene residencia en Autol, donde se encuentran sus instalaciones.
“Aunque nuestra proyección es internacional, pues exportamos a más de una treintena de países, para nosotros es muy importante colaborar en el avance del territorio. El empleo es una de las mejores formas de hacerlo”, indica José Luis Díez, director gerente de Autor Foods. “Llevamos más de un siglo instalados en Autol y tenemos un compromiso con la zona. Los empleos directos e indirectos que creamos y mantenemos es un modo de devolver al pueblo todo lo que nos ha dado”, añade.
Tanto en esta zona como en otras muchas de España, las empresas conserveras siempre han sido un gran motor del empleo. “También en lo que respecta al empleo femenino”, precisa Díez. De hecho, la industria alimentaria es uno de los sectores donde menos acusada es la brecha de género con casi 20.000 mujeres empleadas. En el caso de Autor Foods, el porcentaje de mujeres que trabaja en la empresa supera el 50%. “Y tienen presencia en todos los departamentos: desde el área de producción hasta el de administración. La dirección industrial y la dirección financiaría la desempeñan dos mujeres, por ejemplo”, comenta Díez.
Dinamización de servicios
La actividad de la industria conservera no solo impulsa el empleo. También propicia la creación y desarrollo de infraestructuras y servicios que contribuyen al bienestar social y benefician a los habitantes de las zonas donde se ubican sus fábricas e instalaciones. Es el caso de las infraestructuras en telecomunicaciones. “Resultan indispensables para la digitalización de las empresas, pero también para reducir la brecha digital entre las zonas rurales y urbanas”, comenta el director gerente de Autor Foods.
Impacto medioambiental
“La industria alimentaria en general, y la conservera en particular, es importantísima para fijar población, realiza una gran aportación económica a las zonas rurales y tiene un gran papel en el cuidado del entorno natural”, sostiene Díez. En este sentido, menciona la gestión sostenible de empresas como Autor Foods, que apuestan por un crecimiento sostenido y sostenible protegiendo el medio ambiente con una correcta gestión de los residuos y del uso del agua, entre otras muchas cuestiones.
“Siempre hemos creído que es posible compaginar esta visión empresarial respetuosa con el entorno natural que nos rodea con el avance de la empresa”. Así lo ha demostrado Autor Foods a lo largo de su historia, pues ha mantenido su filosofía empresarial sin renunciar a su expansión nacional e internacional, convirtiéndose en uno de los principales fabricantes de legumbres cocidas y ecológicas tanto con marca propia como con marca de distribuidor en Europa. Tanto es así que, a pesar de la situación provocada por el covid-19 y el incremento de precios en materias primas y auxiliares, suman dos años consecutivos creciendo a un ritmo del 30% anual.