La doble exposición en el punto de venta. Momento clave para Campofrío

Francisco Casassa, director de shopper marketing de Campofrío, durante su intervención en el VI Congreso Internacional de Experiencia de Cliente (DEC)
Francisco Casassa, director de shopper marketing de Campofrío, durante su intervención en el VI Congreso Internacional de Experiencia de Cliente (DEC)

Una segunda exposición en el punto de venta físico puede ayudar a incrementar el número de ventas de una marca. Así ha ocurrido con Campofrío, quien ha conseguido aumentar dicha cifra un 20% al colocar un segundo expositor en los establecimientos donde se comercializan sus embutidos. 

De ello ha informado Francisco Casassas, director de ‘shopper marketing’ de la enseña, durante el VI Congreso Internacional sobre la Experiencia de Cliente (DEC), celebrado en Madrid, que ha aprovechado su exposición para hablar sobre cómo aplicar emociones en el punto de venta físico y mejorar así la experiencia de compra. 

La comunicación entre marcas y consumidores ha cambiado, señala Casassas, al igual que las tiendas físicas. “Ahora aquí se trabaja la experiencia de compra, lo que origina que la mayor parte de las decisiones se tomen en el punto de venta”. 

Una de las formas con las que las marcas pueden impactar en el establecimiento es con la doble exposición. Gracias a una investigación realizada junto con la compañía de neuromarketing Madison, la enseña de embutidos descubrió que un segundo expositor consigue captar la atención de los usuarios, ya que éstos lo relacionan con los atributos de novedad y promociones

La predisposición del comprador a añadir a la cesta un artículo del expositor cambia y dedica más tiempo a divisar los productos, tal y como ha explicado Jose Luís Delmas, director de Madison. “El 50% de ‘shoppers’ que pasa por el súper ve el segundo expositor y un 20% compra”. 

La incorporación además de tonos cálidos a éste y a los lineales permite asimismo lanzar emociones a los usuarios. Según Casassa, la incorporación de colores como el rojo, el naranja o el amarillo “hace que los compradores estén más relajados” y, por tanto, “son más permeables a estímulos y su respuesta emocional es mayor”. Emociones que, de acuerdo con el director de marketing de la enseña de embutidos, les ayuda a vender más.