Abella, el centro comercial vacío que prometía un futuro

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 En su inauguración, en noviembre de 2015, el centro comercial Abella, se presentó como un gran motor económico para la ciudad de Lugo. El espejismo se ha disipado y actualmente dispone de unas instalaciones de 35.000 m2 en los que solo sobrevive un cine y un gimnasio.

El centro comercial comenzó en las manos de Inversiones Abuín y tras varios años, lo compró el fondo buitre Blackstone. Pese a este cambio, lo que empezó mal, sigue peor. Abella, que abrió sus puertas  con la presencia de cadenas de hostelería, de ropa y de ocio, ahora solo puede ofrecer los servicios que se incluyan en una máquina de vending, según el diario La Voz de Galicia.

2016 fue la fecha en la que comenzó la debacle. El primero en abandonar el barco fue la bolera. La compañía de ocio reclamó a Abuín no haber solicitado la licencia que formaba parte del contrato. Conllevó a la primera demanda judicial interpuesta contra los propietarios del centro comercial que reclamaban el pago de los 20 años establecidos en el contrato e interpusieron una orden de desahucio.

En el verano de 2016 la mayoría de los  negocios, franquicias y cadenas poco a poco abandonaban las instalaciones manteniendo la misma versión, la falta de licencia y el incumplimiento de contrato. La situación llevó a la venta del mismo al fondo buitre Blackstone en el verano de 2017 pero la situación no mejoró. Los establecimientos que intentaron mantenerse buscaban clientes a base de descuentos. Ni la llegada de los nuevos propietarios impidió que el hipermercado E. Leclerc cerrara sus puertas en enero de 2017.

Los pasillos de las dos únicas plantas siguen vacíos al igual que muchos de los 60 establecimientos. Los servicios de limpieza y seguridad y siguen activos. Quién no conociera la situación creería que Abella está comenzando su andadura pues cuenta con varios locales anunciando nueva aperturas. Pero en realidad ocurre todo lo contrario, en junio el gimnasio de la cadena McFit también cerrará sus puertas.

Los 90 millones que se invirtieron en Abella actualmente solo los disfrutan quienes acuden al cine de la empresa Ciproga. Dispone de 8 salas con una capacidad para 1.500 asistentes. Pese a no contar con mucha afluencia no tienen pensado cerrar. Desde la empresa reconocieron que trabajan a un nivel parecido al del otro único cine de Lugo, As Termas, también de su propiedad.

La situación no ha mejorado y no tiene previsiones de hacerlo. Para los lucenses esta situación da mucha lástima por todo lo que se esperaba de él. Incluso algunos de ellos proponen en redes sociales la necesidad de que llegue alguna gran franquicia que reanime el centro comercial, como podría ser Primark.